Nuestra democracia esta bien lejos de poder ser considerada democracia directa, muchos nos limitamos tan sólo a introducir un papel en una urna el día indicado sin saber ciertamente qué harán este o aquel partido si consigue ganar. Hablo de mi país porque es del que tengo más noción y en el que creo, observo, que hay un enorme desinterés en el política. Pocas son las personas que participan en alguna asociación o que forman parte de alguna movilización ciudadana. En general, sabemos poco, nos informamos poco y participamos poco. Para muchos la política es algo más en nuestras vidas, de la que se habla como un tema más y no como el modo de decidir conjuntamente cómo vivir. ¿La causa? La poca fiabilidad de aquellos que nos gobiernan, que a menudo parece que lo hacen de un modo ajeno a quienes los votaron y buscan el poder, la fuerza, la popularidad y rivalidad en vez de el bienestar del pueblo del que forman parte. Quizás cuarenta años de dictadura sean otro aliciente, quizás el tiempo ayude.
Internet como bien es sabido ha cambiado el modo de comunicarnos. Es un medio de masas, con una masa como emisora de mensajes. ¿Bonito no? Ciertamente el modo de hacer política no ha cambiado con la aparición de la red y existe en ella censura, aunque ésta sea mínima. Podemos comunicarnos con mucha gente, hacer que un pensamiento influya en muchas otras. ¿Permitirían sin embargo los personajes públicos que se sepa lo que no se quiere saber? ¿Por qué no es la comunicación entre políticos y ciudadanos bidireccional de acuerdo con las posibilidades que ofrece la red? Una sola propuesta basta para ejemplificar las posibilidades no explotadas: referéndum on-line.
No hay comentarios:
Publicar un comentario